El mercado negro de los ladrillos con inscripciones, otra plaga

De que han desaparecido muchos ladrillos de la Gran Muralla ni siquiera debemos dudar. Durante la época donde gobernó Mao, muchos tramos de la muralla fueron destruidos y sus ladrillos usados para construir viviendas y hasta cercos en los patios de la zonas cercanas a la muralla.

Y esto no fue una acción delictiva y deliberada, sino que fue algo planeado con anticipación y por pedido expreso del gobierno de turno. El daño, por supuesto, fue irreversible.

El virus de las desapariciones forzosas de los ladrillos de la muralla china no ha terminado, sino que, al contrario, se ha ido propagando de forma más acentuada en los últimos años, sobre todo después del año 1987, cuando la muralla fue declarada Patrimonio de la Humanidad (UNESCO). A partir de ese momento, cada ladrillo se revalorizó comercialmente y muchos aldeanos y hasta turistas nacionales y extranjeros vieron en cada ladrillo unos 50 euros adicionales que podrían ganar sin apenas esfuerzo.

Un ladrillo menos, ¿o 50 euros más?

Ese dilema filosófico de toda la vida. Para algunas personas no es más que un ingreso extra, y la gran muralla china pareciera ser una fuente inagotable de estos ingresos. Tal vez el gobierno chino dijo, “no importa”, cuando el primer turista arrancó el primer ladrillo. Y la fiebre continuó hasta convertirse hoy en un mercado negro completísimo, con agencias de búsqueda de ladrillos con inscripciones y demás.

Ahora, donde cada día se comercian más de 500 ladrillos en todo el mundo, el problema es más grave y la solución cada vez más difusa.

La muralla china no es lo que era, y gran parte de la responsabilidad ha estado en los ladrillos que se han robado habitantes de China y de otras partes del mundo para, simplemente, escribir dos frases bonitas o ponerlo sobre la mesa de noche. Otra utilidad, pienso, no deben tener estos ladrillos.

El coleccionismo también ha estado influenciado por esto, donde personas de algunos países europeos se jactan de tener reliquias de la gran muralla que encontraron misteriosamente. Es una obviedad que nunca dirán que lo compraron o robaron de la misma muralla.

La poca seguridad y protección por parte de las autoridades, y la poca importancia que los visitantes le dan a la gran muralla, la tienen hoy en un conteo regresivo en lo que a sus ladrillos se respecta. De momento, si habrá muralla para las próximas generaciones, es algo muy dudoso. Sobre todo si a más de uno se le vino a la mente multiplicar la cantidad de ladrillos de la muralla china por 50 euros y hacer proyecciones económicas.

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